Nuestro enfermizo sector Salud

sisHace unos días la Ministra de Salud, Patricia García, declaró en emergencia los hospitales limeños; las causas: «insuficiente respuesta de los servicios de salud ante la demanda presentada en la red sanitaria por una inadecuada gestión y desabastecimiento crítico de medicamentos y dispositivos médicos», herencia de la mala gestión gubernamental anterior que ha generado graves complicaciones al servicio. Lo real es que todos los hospitales del MINSA requieren ser declarados en emergencia y en especial los hospitales y centros de salud de las localidades más aisladas del interior del país. La ministra explicó en el Congreso que se requieren S/ 103 millones para comprar medicinas e implementos médicos.

Mientras la Ministra enunciaba el problema, Ernesto y su esposa, miembros de una comunidad nativa nomatsiguenga de la selva central, han caminado cuatro kilómetros con su hijo en brazos, hasta dos postas de salud en ninguna de las cuales encontraron cura para su recién nacido que padecía de una crisis febril desde hace dos días. En la primera posta el técnico no estaba presente y en la segunda, las medicinas disponibles estaban vencidas por lo que eran inútiles y peligrosas. Se supone que la atención primaria en los puestos de salud debería aliviar a los hospitales de las capitales provinciales, pero al actuar solo como ‘mesas de parte’, éstos, con sus propios problemas de equipamiento, se encuentran, además, saturados. El actual revuelo mediático debería llevarnos a ver una serie de problemas que en materia de salud arrastramos como país desde hace varias décadas. El problema no sólo es técnico, es operativo, además de que campean los malos manejos y la corrupción.

En los últimos años en muchas provincias del país se ha entendido que mejorar la salud pasa por incrementar la cobertura con obras de infraestructura y no se hacen esfuerzos por cubrir todas las plazas de profesionales especializados. En los nosocomios de medianas y pequeñas ciudades del interior, raramente se cubre a tiempo completo la plaza de ginecología; funcionando dos días por semana es fácil entender la saturación de sus horarios. Lo más grave; en un país con 620 000 niños con anemia y más de 500 000 con desnutrición crónica los puestos de nutricionistas casi nunca son cubiertos con personal estable y se recurre en su lugar al SERUM, cuyos profesionales cumplen una loable labor pero no tienen la continuidad suficiente para entender y atender la lógica local del problema. En cada cambio se inicia nuevamente una etapa de aprendizaje y de entendimiento de la situación y el contexto. Mejor sería asegurar los profesionales necesarios, una mejor capacidad operativa y equipamiento de los centros de salud existentes que seguir invirtiendo en ‘ladrillos y concreto’ sin los especialistas suficientes. En ninguna parte del mundo una atención a medias es una solución.

Las estadísticas presentadas por la Ministra de Salud realmente son de espanto y nos muestran la cruda realidad del sector: de 7819 Centros de asistencia de Atención Básica, un 48% carece del personal mínimo requerido, 47% está falto de medicinas, el 79% carece de equipo médico mínimo y otro 36% cuenta con equipo que no está operativo.

El escándalo en que se vio envuelto un asesor cercano a Palacio de Gobierno, dio el pretexto suficiente para declarar en reorganización al Seguro Integral de Salud, del cual depende la atención de los sectores más pobres del país. La medida tiene como objetivo garantizar la idoneidad en la gestión de los recursos públicos en el marco del aseguramiento universal en salud en pro de una efectiva prestación de los servicios de salud que se brinda a la población. En definitiva, se persigue identificar la problemática y las distorsiones que se presentan en el SIS para la gestión de los recursos públicos en los aspectos operativos, administrativos y técnicos. No se descartan cambios en los marcos normativos que regulan este seguro y esperemos que ello signifique bloquear los canales que permiten actos de corrupción y malos manejos del servicio.

desco Opina – Regional / 21 de octubre de 2016

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